sábado, 10 de septiembre de 2011

Actually, love

Me encantan las comedias románticas. Me encanta el cine en general (excepto las películas de miedo, me dan demasiado miedo), pero es difícil que una comedia romántica típica me disguste, y me da igual si el final es feliz o no.


Cierto es que la mayor parte de las pelis románticas acaban felizmente, pero hay películas geniales en las que los protagonistas no acaban juntos, como Tal como éramos, de Robert Redford y Barbra Streisand, o la película que cuenta la vida de Jane Austen, La joven Jane Austen, sin olvidarnos del clásico Lo que el viento se llevó. En el caso de la primera, a pesar de quererse muchísimo y de estar a punto de tener un bebé, los protagonistas tienen que separarse porque ambos tienen un carácter tan enorme, una personalidad tan fuerte, que no pueden seguir juntos. La escena final, cuando se encuentran pasados los años, pone los pelos de punta. En el caso de La joven Jane Austen, de Anne Hathaway, ella es la que se ve moralmente obligada a no fugarse con él porque eso supondría la ruina para su familia (la de él).




Hay películas con final feliz que nunca me canso de ver, Sentido y Sensibilidad, la versión de Emma Thompson, es una de ellas. El diario de Bridget Jones, por supuesto, y me encanta también la historia de Sabrina, sobre todo la película de Audrey Hepburn en blanco y negro.


Se me ha ocurrido escribir sobre esto porque hace poco he visto el anuncio de que van a echar Love actually dentro de nada, ¿la conocéis? A mí me encanta este tipo de películas en las que se mezclan varias historias con diversos personajes. La verdad es que en la película hay historias más creíbles que otras...¿o no? Éso es lo que me hace pensar...a veces vemos una película y nos parece una pastelada, que no hay hombres ni mujeres que hagan esas cosas o a los que les ocurra lo que les ocurre.  Pero creo que sí que hay gente así, y personas a las que les ocurren cosas de película. Incluso puede que a nosotros nos haya pasado algo de película, sólo que no nos lo hemos imaginado desde la perspectiva de un asiento de cine.


De Love actually me encanta la historia de Colin Firth, que tras pillar a su chica engañándole con su propio hermano se enamora de una chica con la que no puede hablar porque es de Portugal y no sabe inglés. Pero se entienden, de alguna forma. ¿Que esto no puede pasar? Vale. A la vecina de mis padres le ha pasado, en serio.
Luego tenemos la historia del niño, lo que me gusta de ella no es el hecho de que él esté enamorado, sino que me encanta la relación con su padrastro, como éste le aconseja y le ayuda, cómo le entiende. Es muy tierno.




Y me da mucha pena la historia de la chica que está enamorada de su compañero de trabajo, y que a pesar de ser correspondida decide no salir con él porque tiene una responsabilidad familiar ineludible.


Me gusta porque creo que la película refleja la realidad. Estamos en una época en la que el amor ya no tiene reglas, ya no hay comportamientos establecidos a seguir, cada uno lo hacemos lo mejor que podemos. A veces las cosas salen bien, otras no. A veces estamos solos, otras no. Ellos a veces no saben cómo actuar con nosotras, y nosotras nos preguntamos qué es lo que hacemos mal para que nos pase lo que nos pasa. A veces lloramos de felicidad, a veces lloramos de pena. A veces el que tienes justo delante se empeña en amargarte la vida, a veces te llevas mejor con alguien con quién sólo puedes hablar por chat. A veces tenemos que enfrentarnos "sólo" a un desengaño, otras un ser querido nos deja para siempre...y a ver cómo nos enfrentamos a eso.


Hace un par de años volvía un día normal a casa tras tomar algo por ahí. Una manzana antes de llegar a mi portal vi a un chico vestido de traje, de pie, esperando con una rosa de invernadero en la mano. Cuando pasé por su lado me miró muy serio y me dijo "Por favor, toma, para ti." Me dio la rosa y se fue andando, yo seguí mi camino muy sorprendida, la rosa era preciosa, incluso tenía un diminuto depósito de agua para que se mantuviese fresca. Recordé la cara seria y de desilusión del chico que me la dio...obviamente esa rosa no era para mí, yo simplemente fui alguien que pasaba por ahí en el momento en el que él se daba cuenta de que ella, la chica a la que había comprado la rosa, no iba a aparecer. Puede que ésa no fuera la realidad, pero es lo que yo siempre he pensado.


Y es que actualmente el amor es así: imposible de entender. No hay normas, no hay leyes, hay que aprender sobre la marcha lo que a uno le conviene, lo que a uno le gusta o lo que a uno le hace daño. Incluso hay parejas que se rompen por quererse tanto que no pueden soportarlo. El amor es paradójico, es traidor, es excitante, es tranquilo, es escandaloso, es...es amor, de hecho es amor.