martes, 12 de abril de 2011

I got off the plane

Ross llega hecho polvo a casa; ha estado toda la tarde intentando burlar la seguridad del aeropuerto para decirle a Rachel en el último momento que la quiere, para intentar evitar que ella se vaya a París y con ello perderla para siempre, ¿y para qué? Para que cuando por fin consigue encontrarla y decírselo ella se monte igualmente en el avión.

Él llega a casa, se sienta en el sofá totalmente devastado y le da al play del contestador. Hay un mensaje de Rachel. Le ha llamado antes de despegar el avión. ¿Qué reacción esperaba de ella? ¿Cómo se le ocurre al aeropuerto en ese momento? Claro que ella también le quiere, pero es que...un momento. Le quiere. Le quiere...¡le quiere!

¿Y qué pasa después? Pues claro...she got off the plane.






Para mí la que acabo de describir es una de las mejores escenas de amor que se han hecho nunca. En el momento en que Ross lleno de nervios no para de rebobinar el contestador para ver si al final la dejan bajarse del avión se oye la voz de Rachel "I got off the plane". Se me ponen los pelos de punta cada vez que veo esa escena.

Después de diez años de idas y venidas, amistad, amor, peleas, matrimonios y una hija entre los dos hace falta que a ella le ofrezcan la oportunidad profesional de su vida al otro lado del océano para que él se dé cuenta que no puede vivir sin ella. Y ella dice no a esa oportunidad increíble para quedarse en Nueva York con su amigo, novio, exnovio, marido, exmarido, padre de su hija...o sea, con el amor de su vida.

Más de una podría pensar "Mira chato, ahí te quedas, que has tenido tiempo suficiente y ahora que me voy me vienes con chorradas". Podría ser un final alternativo. Pero no. Ella le elige a él.


Y, ¿no es lo que queremos todas? Las mujeres tenemos la suerte de vivir en una época en la que no necesitamos a nadie para vivir estupendamente; somos guapas, seguras, inteligentes y podemos comernos el mundo. Sí. Pero que levante la mano la que no desee secretamente que el amor de su vida le ruegue que no se vaya a París.


Es esa sensación maravillosa, ese hormigueo en el estómago que sentimos cuando la persona que nos hace perder la cabeza nos mira a los ojos y nos dice que siente lo mismo. Esa subida de adrenalina al saber que te quiere, que te necesita, que todas las angustias pasadas han merecido la pena. Ese orgullo y satisfacción al notar que se pone celoso porque mientras él se lo pensaba, tú has estado saliendo con otras personas.


La historia de Rachel y Ross también me hace pensar en si realmente puede haber amistad entre hombres y mujeres. Y me refiero a amistad de la auténtica, como la que tenemos con nuestras amigas más íntimas. Yo tengo un par de amigos chicos muy, muy íntimos, pero la relación nunca es igual a la que tengo con mis amigas. Mi madre siempre ha dicho que la amistad entre chicos y chicas es imposible; yo no soy tan radical, pero sí creo que siempre hay uno de los dos que cae, y normalmente es la mujer...


Pero no adelantemos acontecimientos, la amistad es lo suficientemente importante como para tener su propia entrada en este espacio. Ésta queda dedicada a todos los que en algún momento de su vida tengan la oportunidad de bajarse del avión, o de intentar convencer a alguien de que no suba.

1 comentario:

  1. ay... sí, yo también culpo a friends de mis altas expectativas en mis amigos, xo gracias a Dios esas expectativas, mis amigüitas las han cubierto y con creces!!!! así q ahora solo les culpo de mis pretensiones sbre las anecdotas romanticas XD

    ResponderEliminar